Dora, Estela, Luisa, Tatiana y María, fueron las mujeres que aceptaron la invitación que les hizo la Catedral de Sal a todas las habitantes de calle del municipio de Zipaquirá, para brindarles la oportunidad de resaltar su belleza y conocer la Primera Maravilla de Colombia, dejando atrás, al menos por un día, los peligros y vejámenes de la discriminación, el rechazo y la agresividad de la sociedad.
Estas cinco mujeres, que empezaron el día con desayuno, baño, kit de aseo y ropa, fueron llevadas después al salón de belleza donde recibieron manicure, corte y cepillado de cabello.
“La Catedral de Sal tiene una línea muy importante que es el desarrollo social, en la que nos acercamos a la ciudadanía; por esta razón, hemos hecho una jornada con las habitantes de calle. Junto con la Secretaría de gobierno, tuvimos la oportunidad de contactarlas y de que conocieran la Primera Maravilla de Colombia, con dos objetivos, específicamente: darles la oportunidad de encontrar un nuevo camino e invitarlas a un proceso de resocialización con el fin de que se vinculen a una fundación de rehabilitación”, manifestó Orlando Sotelo, gerente de Catedral.